Visuales. Lenguajes
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   Los lenguajes que entran por los ojos son especialmente atractivos para los catequizandos. Cuanto más inmaduro es el ser humano más usa los ojos, que llevan a lo concreto; y menos asimila lo auditivo, que conduce más fácilmente a lo abstracto. Los ojos son vehículo de comunicación y, tanto para emitir como para captar, son decisivos en la comunicación infantil.
   Antes de que el niño sea capaz de entender por lo oídos, goza de gran receptividad visual: ve, mira, observa, contempla, revisa, examina, repasa, saca conclusiones. Después pide explicaciones, si domina ya la palabra.
   La cultura moderna se ha vinculado masivamente hacia el uso y cultivo de la imagen. Los medios técnicos modernos permiten jugar fácilmente con el color, con la luz, con el tamaño, incluso con el relieve. Los rápidos modos de impresión gráfica polícroma han revolucionado en tiempos recientes la comunicación, al facilitar la presentación de la figura más sensorial y relegar a segundo plano la palabra escrita, más intelectual.
   El catequista debe descubrir lo que valen las imágenes, primero por la misma exigencia psicológica del catequizando (aspectos psicológicos), pero también por los usos que son habituales en toda sociedad (aspectos sociológicos. Debe apreciar las circunstancias en que se desenvuelve. Si lo hace bien, comprenderá pronto el poder subyugante de la imagen. Y comenzará a usarla en sus catequesis con precisión, con elegancia, con variedad, con oportunidad y con adaptación al mensaje que transmite.
   Si le queda alguna duda sobre lo que significa la imagen, puede acudir a su propia experiencia. Experimentará su reacción personal ante un libro o revista en donde el mensaje se expresa con fotos, dibujos, esquemas policromados, siluetas, variedad de tamaños, claridad de tipografía, y la comparará con su reacción ante un macizo texto monocolor, en el que solo hay escritura compacta, seria, impresa con un solo tamaño.
   Pero el catequista hará bien en no dejarse subyugar por el lenguaje de la imagen. Debe aspirar a ser él quien domine el medio visual.

2. Tipos expresivos visuales

   La transmisión por la vista sigue ciertas leyes comunes, pero se adapta a la misma naturaleza de cada objeto comunicado y de cada vehículo comunicador.
   El recuerdo de los principales o más usuales modos de hablar con la imagen puede servir de estímulo para su cultivo, tanto por el catequista como por los catequizandos.
   Todos los vehículos que se fundan en la imagen visual resultan asequibles, frecuentes y limitados. Algunos son de verdad imprescindibles para una acción educadora activa y eficaz. Pero todos coexisten en la cultura moderna y a todos hay que atender de alguna manera.

   2.1. El dibujo.

   Es el más natural. Emplea la línea o el rasgo depositado con arte, precisión e intención en una superficie asequible: papel, pizarra, pared, suelo, lienzo, objeto, cerámica.
   El dibujo elemental es agradable al niño. A medida que crece y desarrolla las habilidades, se hace más dueño de él.

   2.2. La pintura.

   Juega con superficies coloreadas más que con líneas. No es incompatible con el dibujo y muchas veces le complementa o depende de él. Se hace con materiales adecuados: ceras, tizas, lapiceros, óleos, acuarelas... Con ellos se trabaja con más o menos acierto y arte.
    Pintar es agradable para el niño pequeño (colorear, perfilar, repasar...); es atractivo para el mediano (diseñar, siluetar, reformar, completar, contrastar...); y es desafiante para el mayor (contraponer, matizar, caricaturizar... en definitiva crear).

   2.3. Productos pictográficos

   Pueden ser diversos y variados y suponen la armonía entre dibujo y pintura. Unas veces de forma social, cortés y convivencial: en ocasiones, como gesto de desahogo o por deseo de dejar algo gráfico detrás de sí

  2.3.1. La pintada.

  Es una forma intermedia entre pintura y dibujo y puede ser bien realizada, como cuando se adorna con ella una pared adecuada, se marca en una tela o mural un mensaje en simbología adecuada, se deja grabado un recuerdo para el por venir.
   Requiere ingenio, habilidad, impulso, creatividad, arte. A veces puede ir acompañada de palabras o incluso sustituida por ellas. Por la facilidad de su realización y el autoestímulo que represente el ingenio, se presta a un uso agradable para los autores y para los receptores.

   2.3.2. La caricatura.

   Es dibujo que representa personajes, situaciones, deseos, un temor o una realidad, un crítica o una protesta. El alma de la caricatura es la habilidad de resaltar rasgos parciales y proyectar el humor blanco o negro sobre el conjunto del gráfico.

  2.3.3. El diseño.

   Escenifica objetos o personas, lugares o situaciones que pueden resultar interesantes como medio para comunicar una enseñanza o un planteamiento de diverso tipo.
   Los diseños suponen una gran capacidad de síntesis, para encerrar en breves gráficos combinados anuncios, reclamos, protestas o reflejos de situaciones cambiantes. Se usan en campos tan diversos como los políticos, los económicos y hasta los morales.

 


  

2.3.4. El cómic.

   Es un lenguaje muy difundido en am­bientes culturalmente modestos, pero encierra capacidades intelectuales insospechadas cuando responde a técnicas y formas adecuadas. Se constituye por una serie más o menos larga de dibujos o pinturas (tiras) en donde "se discurre con hu­mor" en forma de gráficos simples (viñetas). Lo que se pretende comunicar se expresa en figuras, globos, equivalencias, onomatopeyas, planos, contrastes, colores, rasgos... Y lo que se sugiere se esconde en los símbolos, las insinuaciones, las palabras clave.
   Se convierte en un modo familiar de comunicación, especialmente atractivo para ambientes festivos, distendidos y de relaciones cordiales. Pueden configurarse de formas múltiples: simbólica, historiada, dialéctica, cómica, críptica...
   En catequesis el cómic se puede usar de diversas formas. Pero es bueno evitar incurrir en el entretenimiento como objetivo del acto catequético y que las ideas y los sentimientos religiosos resbalen por el dibujo ligero. El catequista debe recordar que es mejor que los catequizandos dibujen un cómic para "hablar" a que lean un cómic para "entender".

   2.4. La fotografía

   Precisa especial recuerdo, pues los medios de hacerla cada vez más perfec­ta la otorgan un poder comunicador enorme y agradable. Se basa en el empleo de la técnica para consignar escenas o figuras físicas en superficies impresionables.
   Origina un lenguaje de figuras y de escenas, de luz y color, incluso de perspectivas y hasta relieves reales, el cual logra cautivar la atención y el interés con facilidad. Y es de fácil acceso a todos.

   2.4.1. Importancia

   Tradicionalmente "se ha grabado la luz (fotos, luz; grafo, escribir) en papel adecuado", predispuesto o natural, según los variados sistemas que se han ido inventado. En los tiempos actuales la tecnología digital registra la imagen en impulsos magnéticos y permite tratamientos electrónicos o informáticos posteriores que van desde la alteración de los rasgos espaciales (tamaño, forma, proporciones) o cromáticos (brillo, luminosidad, matices) hasta la manipulación de la imagen para hacerla variar según intenciones.
   Es arte pero también es técnica. Ha invadido la vida social de tal manera que se convierte en eficaz y masivo medio de comunicación. Supone una instrumentación (máquina) y una elaboración posterior (revelado o tratamiento), una economía (costos que son asequibles), una habilidad (experiencia) y mucha intuición (estilo, arte).

   2.4.1. Aplicaciones

   La fotografía se desenvuelve en multitud de aplicaciones de todo tipo:
     - diapositivas o transparencias proyectables más o menos combinables;
     - configuración de láminas, pancartas, rótulos, títulos, tarjetas, cromos, ilustraciones;
     - elaboración de carteles, pósters simples o complejos, de mapas, planos figurativos, itinerarios;
     - construcción de álbums más o menos manipulables, etc.
   La fotografía ha sido el lenguaje figurativo más extendido, a pesar de la aparición otros medios más vivos o ricos en poder visual. A veces se puede usar como estímulo de reflexión y de participación, como se hace en los ejercicios de fotopalabra: y en ocasiones se limita a ser apoyo insustituible del texto literario que se enriquece con su fuerza ilustradora.

   2.4. Las exposiciones

   Tienden en principio a facilitar el encuentro de la realidad en directo y como tales serían algo diferente de lenguajes de mera imagen. Pero por lo general juegan con los aditamentos de luz, color, estética, capacidad de reclamo, que las convierten en artificial modo de añadir algo a la realidad de los objetos.
   Sean generales (ferias, mercados, bazares, desfiles, concursos) o sean muy breves (escaparates, vitrinas, mostradores), añaden a la realidad el adorno y con frecuencia comunican más de lo que son o varían lo que verdaderamente ofrecen.
   Se prestan a una información especialmente atrayente y persuasiva, sobre todo cuando se exponen determinados objetos (seres vivos, tesoros, misterios). Pero por lo general son ofertas informativas con los reclamos de lo real como algo presente.
   Una forma especial de las exposiciones son los museos y galerías de objetos artísticos, culturales, sociales, religiosos o históricos, en donde se puede recopilar, exponer y saborear los restos antiguos o los productos modernos.
   De modo especial los museos merecen especial atención en la educación religiosa, pues en ellos se guardan con frecuencia expresiones de fe de tiempos pasados, ya que el elemento religioso ha producido la mayor parte de los objetos de arte que hoy conservamos en estos "templos de las musas" (museos)

   2.5. Decoración y ornamentación

   Supone el uso de la imagen con una intención expresiva y transmisiva. Puede hacerse con intención explícitamente comunicativa o también a través de símbolos artificiales que llegan a ser identificados por los iniciados o mejor informados en este terreno.
     - Puede darse a nivel de grupo: decoración colectiva y participativa en salas, calles, lugares, paseos, encuentros, convivencias, uniformes, emblemas, etc.
     - Puede realizarse también de modo individual y personal: adornos, colgantes, prendas estampadas con siluetas, eslogans, etc. o formas de peinado o vestidos.
     - Puede ser peculiarmente religioso o espiritual por los contenidos y las formas que como se realiza; o puede ser cualquier tipo de dibujo profano o académico que se usa con un contenido religioso.

 

   

 

 

 

3. Información religiosa e imagen

   Los lenguajes que usan la imagen visual como vehículo y soporte cuentan con la ventaja de resultar naturalmente atractivos. Sintonizan con la curiosidad humana, que prefiere ver que oír y que tanto se preocupa por lo espontáneamente se recibe sin hacer excesivos esfuerzos de reflexión. Pero conviene recordar que la imagen, como la palabra oral o escrita, requiere interpretación.
   El catequista debe recordar que no basta tener una imagen para transmitir una idea o un sentimiento, por hermosa y admirable que sea la imagen y por capaces que resulten los catequizandos.

   3.1. Condiciones de la imagen

   Hay que usar la imagen con criterios acertados, sobre todo cuando se trata de darla significación religiosa:
     - La imagen debe ser correcta, acomodada, discreta y austera.
     - Se debe usar sólo cuando conviene, sin abusar de su uso.
     - No debe tener otras concomitancias ni suscitar otras asociaciones o recuerdos en el que la recibe (propaganda, consumo, política, etc.).
     - Debe acomodarse al entorno cultural en el que se coloca.
     - Conviene que se preste a cierta familiaridad con ella.
     - Es preferible la sencillez y la pureza de intenciones en su presentación.
     - Es conveniente su adaptación a la madurez mental del catequizando.
     - La sintonía con el estilo o el ambiente ayuda a su interpretación, aunque existen criterios objetivos que deber ser indiscutibles.

 

 

  3.2. La imagen y los niños

   Nos damos cuenta de que los niños de hoy se hallan subyugados por esos recursos visuales y por lo tanto responden con más rapidez, aunque no con más profundidad, a las demandas que a través de ellos les llegan.
   Pero el valor real de las figuras y de las imágenes es su fuerza para transmitir mensaje y no sólo su capacidad de entretener, agradar o producir impresiones estéticas.
   El catequista debe diferenciar lo que es diversión y lo que es mensaje, qué es comunicar y qué es entretener.

  3.3  Variedad de imágenes

   La imagen, con más o menos acierto, con más o menos expresividad, arte o técnica que el hombre diseña, puede poseer diversos niveles de complejidad:
   + Puede expresarse en siluetas sencillas, limpias, sugestivas.
   + A veces se convierte en figuras familiares llenas de insinuaciones.
  + Se transforma fácilmente en escenas en las que las figuras expresan vida.
     + Con frecuencia se convierte en emblemas, perfiles, símbolos, sig­nos convencionales, secretos o divulgados.
   La importancia del lenguaje de la imagen en la catequesis debe impulsar al catequista a su cultivo.
   No hace falta ser artista para perfilar con cierta rapidez un gráfico que aclare un tema, un símbolo que sugiera una idea, un esquema que combine figuras variadas, etc.
   Pero lo importante no es que el catequista dibuje mucho y bien. Es más interesante y provechoso que haga dibujar a los catequizandos, que les abra cauces de expresión, que le descubra el gozo de hablar ellos.

   5. El dibujo catequístico

   Es un medio de comunicación fácil y asequible, muy apto para los niños y adolescentes, y merece especial atención en la catequesis por el uso que de él se ha hecho en la historia y por lo asequible que resulta.
   En catequesis no se requieren alardes de técnica o de originalidad, de arte o de creatividad, de riqueza de ideas y de preparación artística. Se requiere deseos de comunicación y cercanía.
   Por eso el dibujo ha sido natural aliado del catequista: usado y preparado por los que exponen; entendido y preferido por los que recibe; usual en  todas las edades; aliado de todos los temas o materias.
   Con todo, fue en los comienzos del siglo XX cuando el llamado movimiento catequístico y metodológico de Munich resaltó la necesidad de lenguajes gráficos y dinámicos en los niveles infantiles, de modo que los trabajos catequísticos fueran más precisos y asequibles, más activos e agradables, más comprensibles que la palabra oral.
 
   5.1. Uso del dibujo

   Como lenguaje, el dibujo de contenido religioso y de intencionalidad catequística debe valorar determinados aspectos:
   Depende su forma, uso y frecuencia del destinatario, no del artista que lo confecciona. Si el catequizando no lo entiende e interpreta correctamente, de poco sirve, por bien hecho que esté y por grandes que sean sus méritos estéticos y su adaptación al contenido.
   Es fácil de realizar, sobre todo si el catequista se acos­tumbra a su empleo frecuente y se ejercita algo en dominar las formas o en exponerlas con naturalidad y oportunidad.
     - Requiere pocos recursos.
     - Se puede hacer en la pizarra.
     - Sirve para hablar en el cuader­no.
     - Puede ser de imitación y mera copia.
     - Se presta para la invención.
     - Tiene que ser sobrio, claro, hermoso.
     - Estimula el interés y la atención.
     - Es buen apoyo para la memoria.
     - Es agradable, sencillo, asequ­ble.
     - Se hace pronto y se entiende bien.
     - Es frecuente su uso y sintoniza con los métodos didácticos empleados en todas las mate­rias escolares.
   Existen muchos libros, revistas, modelos, que presentan estilos, diseños, ejemplos de dibujo catequístico. Es provechoso poseer una colec­ción propia de gráficos y prototipos, según los catequizandos con los que se trabaja. Y se debe disponer de ellos para expresarse con material asequible, sencillo, personal y agradable.



  

5.2. Tipos de dibujos

  Los dibujos catequísticos pueden ser muchos. Por hacer una breve lista de los principales tipos o modos de uso podemos aludir a los siguientes:
    - Fotográficos y realistas son los que recogen la naturaliza tal cual y reproducen objetos, personas o lugares (un rostro, un mapa, un edificio, un monte).
    - Simbólicos y emblemáticos cuyo valor está en los usos tradicionales o en la referencias repetidas (una paloma, un sol, una nube, una llama, un triángulo).
    - Figurativos y sugestivos son los que importan por los que evocan más que por los que realmente representan (unas manos, una cruz, un camino).
    - Escénicos y dinámicos son los que aluden a grupos o acciones que reclaman una interpretación (una asamblea, una familia en la mesa, un grupo en oración)
    - Siluetados y alusivos son los que, con la simple línea debidamente presentada, se insinúa algo que la menta tiene que completar: unos ojos, unos niños,
    - Caricaturescos son los que resaltan un rasgo a costa de los demás del gráfico: un corazón grande y luminoso
    - Ornamentales y decorativos que no tiene otra función que resaltar lo que es adornado con él y provocar sensación de gusto y acogida: una greca, unas flores, unos pájaros.
    - Verbales y conceptuales, que son palabras escritas en formas o con fondos atractivos: Términos como amor, paz, Dios, en relieve
    - Informáticos son los que se perfilan con diversos programas informáticos, aprovechando las cualidades combinatorias encerradas en ellos.

   5.3. Condiciones de uso

   Sólo los catequistas que gozan dibujando hacen disfrutar a los catequizando en sus actividades creativas. Para ello hay que estar persuadidos de su utilidad y de su poder comunicativo y de su fácil realización.
   Cada catequista debe desarrollar las propias habilidades, que siempre son más de la que cada unos sospecha poseer. Pero es bueno que quienes más cualidades gocen naturalmente en este arte de comunicar las aprovechen al máximo y las pongan al servicio de los demás menos dotados.
   El catequista debe mirar el dibujo como un lenguaje interesante y de su frecuente. Debe prepararse para su uso cotidiano con alguna preparación práctica y frecuente.